Blog del Curso "Taller Etnografía de la Indigencia". Escuela de Antropologia. Universidad Costa Rica.
miércoles, 24 de marzo de 2010
Análisis sobre las imágenes
French Roast
Saludos
-Rebeca Gu A42424
[Oscars 2010 Mejor Cortometraje] - French Roast
viernes, 19 de marzo de 2010
Eco-antropología
Blog Eco-antropología
Dr. Horacio Larrain B. (Ph.D.) Iquique, 18 de Junio del 2004
jueves, 18 de marzo de 2010
Comentarios a artículos en el blog
Atravesando San José...
Tengo otra pequeña anécdota la cual es mucho más fuerte. Un día que iba en bus de periféricas, fui testigo de una escena terriblemente conmovedora. Estamos en un semáforo, que en eso veo que dos policías están golpeando a un indigente en la acera. en eso llega una señora, le pregunta a uno de los policías que había pasado, y aquí (es la peor parte!) se acerca la señora y le da una patada al hombre que está en el piso, le mira y se va! Y que había hecho el hombre? digamos que había robado? cuantos políticos roban a diario? No es que esté justificando el robo! pero a lo que voy es: Alguien a caso se atreve a preguntar donde va este dinero? que irónico .. robarse un pedazo de pan es un delito mucho mayor que robarse millones de colones!!
y por último, nada mas quería retomar lo que había mencionado en la clase, eso es una sentéis o una enfermedad?? Planteamos la pregunta si la indigencia se cura? pero no nos preguntamos si se cura el sistema??
Roya Eshraghi A72354
miércoles, 17 de marzo de 2010
La vulnerabilidad de las mujeres en las calles
La esperanza de este taller en mi opinion es lograr ver mas alla de lo que como "no indigentes" podemos ver y asi comprender un poco, pero sobre todo poder ayudar a estas personas segun sus necesidades y no las nuestras.
¿ Qué es la indigencia? ¿ Es un estado, un fenómeno, una condición?
¿Quien es el/la indigente? ¿ Alguien sin hogar, alguien en pobreza, alguien en drogas, alguien abandonado, alguien independiente?
Son personas. Son historias. Son vidas. Múltiples. Diversas.
¿Y quien soy yo? Se que no soy indigente. Pero se de la indigencia. Sin saber qué es.
¿Qué hago yo frente a la indigencia?
¿Puede ser un espejo, la indigencia, del sistema? Un espejo de lo que no se quiere, de lo que no funciona, de lo que no va en el sistema? ¿O es una consecuencia?
¿La podemos entender, teorizar o resolver?
¿Desde donde la vemos? ¿Desde la academia, desde las teorías extranjeras?
¿Quien soy yo frente a la indigencia?
¿Una observadora?
Diana Campos
a51176
martes, 16 de marzo de 2010
INDIGENCIA, quien lo llama así?
Pero, que piensan ellos de ellos mismos, como grupo o individuo. En opinión propia es uno de los temas de más interes para el taller. No es solo ayudarlos, investigarlos o analizar su vida es verlos como un grupo que vive de una forma de vida que escogida o no su situación es como otros grupos pero para la blanca y limpia sociedad son un problema que limpiar.
El interes de su vida en la calle es amplia como ya fueron expuestos todos los temas que se tratan de abarcar , pero su visión de mundo hacia el resto de grupos e individuos con los que se relacionan es su dia a dia es de sumo interes.Y cual es su papel en la sociedad que no quiere ver que estan ahi.
Hasta que punto la indigencia es un problema para la sociedad (incluyendo a la gente indigente)y para ellos, como lo analizan.
Priscilla Barrios A70905
lunes, 15 de marzo de 2010
¿ De qué lado queremos estar? , ¿Juzgamos o Entendemos?
Antes que nada, hay que vencer (y quizá este sea el paso más difícil para unos, o al menos para mí) ese temor de un mayor acercamiento, pues también hay que traspasar un muro de superioridad inconsciente y después de poder tener esa "valenttía" o más bien esa humildad de poder acercarse a la otra persona espero que se logre un interés real por conocer las causas y la historia detrás de estas personas.
Estamos frente a un curso que dependerá del interés y aportes de los participantes, donde antes que nada hay que lograr un crecimiento personal para luego intentar brindarlo a alguien más y sumarlo finalmente a lo que seremos como antropólogos
Viviana Acosta Gurdián A80050
CLASE DEL 11 DE MARZO
JEAN CARLO ARROYO BRENES A80665
informacion historias de vida
Según la revista herencia del programa de rescate y revitalización del patrimonio cultural es importante tomar en cuenta aspectos como:
• Aspectos generales y específicos de la vida de la persona relatora.
• Relación con la realidad social.
• Modo en que define e interpreta las situaciones y contextos en los que ha participado.
• Un aspecto importante es la simbolización cultural del espacio
• Grabar tanto el audio como video de la recolección de datos.
Entre las ventajas de la realización de una historia de vida se encuentran:
1. Introducción a las relaciones sociales primarias en profundidad
2. Conocer y evaluar el impacto de las transformaciones
3. Conocer sobre universales particulares longitudinalmente, pues integra esferas sociales y de actividades diferentes.
4. Se puede decir que es la mejor ilustración posible para que los lectores puedan penetrar empáticamente en las características del universo en estudio.
Un aspecto importante a tomar en cuenta es que en nuestro caso se trata de un problema en concreto, entonces hay que recoger datos con variables significativas para el estudio.
Según encontré en varias páginas de internet son importantes en la elaboración de historia de vida los siguientes aspectos:
Una guía para análisis de una historia de vida que les doy a mis alumnos.
1. Elija una persona que pueda estar dispuesta a contar algo de su vida en una entrevista con un estudiante de Psicología Social y que, dentro de lo que puede estimar un estudiante de segundo año, pueda someterse a esa experiencia sin que le haga daño: se evitará proponerlo a personas evidentemente perturbadas o que se sabe que tienen en su vida acontecimientos excesivamente dolorosos cuyo recuerdo pueda afectarlos. Por un tema de distancia operativa, el entrevistado no será el padre, la madre, el hermano, el hijo, la hija o la pareja del entrevistador.
2. Propóngale una entrevista, de una manera similar, no textual, a lo que se propone a continuación: “Estoy estudiando Psicología Social y me piden un trabajo que consiste en hacer una entrevista a una persona que esté dispuesta a contar algo de su vida y responder a algunas preguntas generales, grabando el texto de la entrevista. El objetivo es aprender acerca del ser humano a partir de vidas concretas de seres humanos. Usted puede contar lo que quiere de su vida y conserva su derecho a no responder a preguntas que no quiera contestar. Todo lo que se hable en la entrevista es confidencial, su nombre y apellido no aparecerá en ningún lado y el texto sólo será conocido por los que evalúen mi trabajo, que harán una crítica sobre mi manera de hacer la entrevista. Como estudiante, tengo sólo derecho a escucharlo, hacerle preguntas y no debo darle ni opiniones ni consejos. Más adelante, cuando sea Psicólogo Social, otras personas se beneficiarán con mi trabajo, gracias a esta oportunidad de aprender que usted me da”.
3. La entrevista no se puede hacer si el entrevistado se niega a ser grabado.
4. Se elegirá un lugar donde la entrevista se pueda realizar con un mínimo de interrupciones o interferencias y debe tener una extensión no excesiva, no más de una hora ya que el trabajo de desgrabar lleva mucho tiempo y la entrevista no podría ser analizada ni evaluada en el tiempo de que disponemos.
5. La desgrabación debe ser textual, sin redondear frases ni quitar palabras, incluyendo inclusive las incorrecciones y balbuceos normales de la conversación y los “este”, “es decir” y demás modismos habituales al hablar. Se desgrabarán también las preguntas del entrevistador.
6. El entrevistador procurará tener material sobre todos los factores de la policausalidad y lo buscará a través de preguntas generales que no incluyan terminología técnica: no preguntará cuál es la disposición básica ante la vida o la conducta producida del entrevistado sino algo como “¿qué tipo de chico era en su infancia?” o “si le preguntaran qué tipo de persona es usted, ¿qué contestaría?”: por supuesto que esa es la opinión que el entrevistado tiene sobre sí mismo: después se verá si lo que revela sobre su vida hace que el entrevistador coincida o no con su opinión sobre sí mismo.
7. Para mantener el punto de vista psicosocial, pregunte en todos los casos sobre el contexto organizacional y comunitario de cada hecho personal que se relata: ¿en qué localidad ocurría esto?, ¿en qué empresa trabajaba?, ¿cuáles eran las costumbres culturales?, ¿cómo era el paisaje en esa zona?, etc.
8. Acompase al entrevistado, escuchándolo sin interrumpir, preguntándole como alguien interesado en saber, no como un inspector, nómbrelo cada vez que le parezca conveniente, sintonice con su manera de hablar usando las mismas palabras que él, mantenga una actitud aprobatoria aunque lo que cuente no coincida con sus valores: usted aprueba el hecho de que él cuente lo que le pasó, no si lo hizo bien o mal. Y trate de que su actitud corporal no sea exageradamente distinta a la del entrevistado, para acompasarlo.
9. Cuando pase un tiempo prudencial (aproximadamente una hora de grabación), agradezca a su entrevistado el favor que le hizo dedicando parte de su tiempo para ayudarlo a usted a aprender.
10. Desgrabe la entrevista y recibirá un instructivo para el trabajo escrito.
Al entrevistado podrá entregarle una copia de su desgrabación pero no el trabajo escrito posterior. Tampoco conviene que sepa que va a escribir algo sobre su entrevista, porque querrá conocerlo y eso sería una responsabilidad excesiva para el alumno de segundo año.Describa, sin interpretaciones ni valoraciones, el contexto físico donde se desarrolló la entrevista y los gestos, posturas, proximidades y demás elementos no verbales que recuerde.
. Describa, sin interpretaciones ni valoraciones, el contexto social de la ciudad y el país donde se desarrolló la entrevista y la situación internacional contextual.. Describa, sin interpretaciones ni valoraciones, el contexto social de la ciudad y el país de la situación que se describe en la entrevista y la situación internacional contextual.
Etapa inicial:
Definir claramente que queremos resaltar de nuestra vida, para ello hacemos un plan de trabajo, es posible que un hombre famoso llene páginas y páginas de su vida, sin embargo nosotros pretendemos ser modestos en principio y debemos fijarnos que es lo más importante en el desarrollo de nuestra vida. Hacernos con papel y lápiz.Un grabador nos sería de mucha ayud Buscar documentos personales, diarios, cartas y epistolarios, fotografías y todos aquellos que sean importantes para recoger la información.Identificar personas claves que suministren datos sobre la historia.
Desarrollo: La “historia” o “relato” de vida puede comenzar en un momento importante en la vida del protagonista, un momento o suceso que el protagonista toma como punto de partida.Nuestra propuesta establece el inicio de la narración desde nuestro nacimiento y de manera secuencial ir recordando los pasos andados, sin embargo, el protagonista decide el momento cronológico; a partir de este comienzo (que tendrá la duración que el protagonista decida), el desarrollo temático estará en “sus manos”.Se puede comenzar una historia de vida pidiéndole al protagonista que hable de momentos y sucesos importantes en las etapas de vida: infancia, juventud, adultez y vejez (de acuerdo con la edad).
I. Hablar de la infancia. Se pueden tomar como puntos clave:
Fecha de nacimiento Lugar de nacimiento Descripción de los padres Mención de hermanos y hermanas Circunstancias del nacimiento: familiares y externas Juegos, tradiciones familiares, espacio físico. II. Hablar de la infancia-adolescencia. Se pueden tomar como puntos clave:
Cambios en el paso de una etapa a otra: cambios físicos, afectivos, cambios externos al protagonista (mudanza, cambio de colegio, cambios en la ciudad o país). Juegos, gustos, amistades, amores. Relación con los adultos: padres, familia, profesores.Anécdotas.
III. Hablar del comienzo de la adultez:
Trabajo: relaciones laborales, lugar del primer trabajo, trabajo más importante, problemas, y aciertos Relaciones amorosas: pareja, matrimonio, hijos. La sociedad: época, cambios políticos, cambios sociales, cambios físicos de las ciudades más importantes para el protagonista
IV. Hablar de la vida en general: Acontecimientos más importantes de la vida personal. Grandes y pequeños logros significativos en nuestra vida. Éxitos y fracasos, perdidas de seres queridos. El día de hoy.
A continuación adjunto una historia de vida para que les sirva como base
LOLA Y SU PANDILLA
Una Historia contada por una niña en el aula escolar.
Paula Gómez
1- AUMENTA LA FAMILIA
Lola se había levantado como cada mañana, siguiendo sus rutinas para ir al colegio. Pero quería llevar las trencita que le hacía mamá, así que la llamó desde el baño para que viniera a peinarla. Cuando mamá llegó, le dijo que olía mucho a moras. Lola afirmó diciendo que acababa de estrenar la colonia que le regaló su primo Jaime por el cumpleaños. Entonces, la mamá se sentó en el banquito y la cara se le empezó a poner pálida. Lola llamó a su papá que vino rápido y se quedó con mamá, enviando a la niña a desayunar porque la hora se le echaba encima.
Se tomó el zumo, la tostada y la leche sin darse cuenta, más pendiente del baño que de la comida y, cuando se limpiaba la boca, oyó el claxon del autobús escolar y salió rápido a lavarse los dientes, mientras el bus daba la vuelta como cada día. Eran las ventajas de vivir en el bajo y justo al lado de la última parada. Al volver, papá ya tenía la mochila en las manos y la colocó a la espalda de nuestra amiga que lo besó y salió hasta la puerta, llegando a la acera cuando el autobús frenaba. Subió y despidió a su padre con la mano. Este esperó a que el vehículo comenzara su marcha, dirigió la última sonrisa a su hija y, cuando el bus comenzó a girar, entró de nuevo encasa.
Lola pasó toda la mañana preocupada por su mamá y las horas de clase se les hicieron interminables, incluso la profesora de inglés le llamó la atención porque estaba distraída, con lo que le gustaba este idioma. En la hora del recreo, pidió permiso para llamar por teléfono, pero en casa no lo cogieron y ella, comenzó a fantasear pensando lo que podía pasarle a mamá. La segunda parte de la jornada, le resultó aún más pesada y en la clase de música, se despistó tocando la flauta, haciendo reír a todo el grupo, incluso al profesor que le hizo notar que estaba más distraída que de costumbre. En el comedor había dos de sus platos favoritos: lentejas y boquerones con lechuga, pero ella no tenía casi ganas de comer, impaciente por llegar a casa y ver cómo se encontraba mamá.
Al volver, en el autobús, comenzó a preocuparse si llegaba a casa y no había nadie, ¿qué haría? ¿dónde iría?. Sus amistades del colegio no vivían cerca de casa y tampoco tenía familia cerca. Se quedaría en la panadería, ya que el panadero y la panadera eran muy amables con ella y su familia, hasta que alguien volviese a por ella. ¿qué le pasaría a mamá?¿cómo se encontraría?...Tanto pensaba, que la impaciencia por llegar la invadía y se ponía nerviosa si se paraban en un “stop” o en un paso de cebra.
Cuando por fin el autobús paró en su puerta, Lola intentó bajar tan rápido que estuvo a punto de caerse si no es porque el monitor la agarró. Le dio las gracias sin mirar y salió corriendo mientras se despedía hasta el día siguiente, pero su mochila estaba en el maletero y se tuvo que volver a cogerla. Al girarse para reiniciar el camino, su mamá ya abría la puerta y salía a recibirla con el mismo buen aspecto de siempre. Lola la abrazó con fuerza y comenzó a llorar, sin poder decirle a mamá que no le había pasado nada en el colegio, por más que la pobre mujer la acariciaba y le preguntaba una y otra vez qué le había pasado. De pronto, la mamá fue a besarla y de nuevo, su cara se puso pálida y salió corriendo mientras ella, corría detrás asustada gritando “mamá, mamá”.
Su papá, que estaba en la cocina, salió tras ellas y acompañó a mamá al baño, diciéndole:
-No pasa nada, Lola. Ya ayudo yo a mamá. Si quieres, termina de pasar la fregona a la cocina.
Lola lo hizo y oyó a mamá vomitar. Después, llegó hasta el salón y papá le ofreció el vaso de agua que aún permanecía en la mesa, aunque ya se había recogido la cocina. Papá le ofreció caja de medicamento, ella sacó una píldora y se la tomó. La niña recogió el cubo, después de tirar el agua y enjuagar la fregona, volvió al salón y fue a preguntar qué le pasaba a mamá pero esta se había ido a descansar y había cerrado hasta la puerta de la habitación, cosa que no hacía nunca. Papá le dijo que iba a trabajar un rato en el ordenador y que ella debía hacer los deberes. Se fue a su habitación e intentó estudiar para el control de Conocimiento del Medio que tenía pasado mañana, pero su preocupación por mamá le impedía concentrarse. Cuando la oyó levantarse, salió de la habitación a verla. De nuevo, tenía un aspecto inmejorable pero Lola le preguntó si se encontraba mejor.
-No pasa nada, es tu colonia que me produce náuseas porque tiene un olor muy intenso.
-No te preocupes, mamá, ya no me la pongo más. Pero necesito ayuda para el control de pasado mañana.
-Dile a papá que te ayude, yo he tenido un día muy ajetreado en el trabajo y estoy para el arrastre.
Lola pasó se puso a estudiar con su papá y después, se marcharon un rato al parque. Al volver, era ya casi de noche y mamá le dijo que se fuera duchando mientras preparaban la cena. Cuando se sentaron en la mesa, papá y mamá le dijeron que tenían que decirle algo muy importante. Se pusieron serios y comenzaron a hablar de las náuseas de mamá.
“¿Qué le pasará?” Se preguntaba ella mientras la una y el otro daban vueltas y vueltas, hablaban de todo lo que la querían y que siempre la querrían igual. Mientras, Lola aumentaba su preocupación. Hasta que ya no pudo aguantar más y saltó:
-¿Pero no te va a pasar nada grave, verdad, mamá?
Papá y mamá se reían mientras ella esperaba una respuesta clara y entendible de una vez. Por fin, papá comenzó:
-Verás, Lola, lo que te queremos decir es que hace tiempo mamá y yo venimos pensando que estás un poco sola.
-Os tengo a ti y a mamá,¿O es que pensáis iros?
- No, Lola, lo que papá quería decirte es que hemos pensado que te gustaría tener una hermanita o un hermanito y…
- ¡Mamá!,¿ me estás diciendo que estás embarazada?.
Ante los movimientos afirmativos de su mamá y su papá, Lola se puso muy contenta y comenzó a saltar gritando:
-¡Voy a tener una hermanita o un hermanito!¡Vamos a tener un bebé!
Cuando se fue a la cama, Papá le dio un beso y le dijo que había que ir pensando nombre, aunque todavía faltaban siete meses.
-¿Qué va a ser-preguntó Lola- Un niño o una niña?
-Todavía no lo sabemos, porque es muy pronto- respondió mamá.
Lola se quedó dormida imaginando y descartando nombres de niñas y de niños. Aquella noche, soñó que cogía al bebé, le prestaba sus juguetes, el enseñaba a hablar palabras bonitas y le daba mucho cariño. Pero no veía si era una niña o un niño.
2-CASA NUEVA
Los meses siguientes el papá y la mamá de Lola tuvieron mucho trabajo: ir a la ginecóloga, sacar todo lo que había guardado de cuando ella era bebé, seleccionar y preparar lo que valía, comprar todo lo que hacía falta y… tanto había que preparar, que descubrieron que el apartamento se les iba a quedar pequeño.
Cada tarde, después de que mamá descansase un rato tras el trabajo, Lola terminase los deberes y papá recogiese la cocina y dejase la cena preparada, salían a visitar algunas de las viviendas que había en venta por los alrededores.
Menos una que tocaba ir a la ginecóloga. Lola también acompañó a su mamá y se quedó en la sala de espera, leyendo su libro “Rosa Caramelo”, mientras le hacían la exploración. Cuando llegó papá de vuelta, ella pensaba que ya se iban pero la llevó hasta una habitación donde mamá estaba semitendida en una extraña camilla y al lado había un monitor, como los de ordenador. La ginecóloga, saludó a la niña y le preguntó que si quería ver al hermanito. La hizo acercarse y le indicó la pantalla. Allí, un pequeño muñeco se movía. La ginecóloga, en un momento, dio:
-Ahora se ve muy bien, ¿veis ese pequeño apéndice? Es su pene. Tendremos un hermanito, Lola.
Ahora, la casa era ya una prioridad pero por más que veían, no encontraban: unas eran muy caras, otras tenían poca luz, otra demasiadas altas…El tiempo iba pasando y no encontraban ninguna adecuada a sus necesidades y su presupuesto. Hasta que, un domingo, decidieron ir a una fiesta deportiva que había en un parque al otro lado de la ciudad. Muy temprano Lola, mamá y papá, salían con su ropa deportiva, cada cual en su bicicleta, ya que mamá podía hacer ejercicio moderado. Por el camino, recogieron a su amiga Jara con su papá, su mamá y su hermano Jorge y como una pequeña manifestación, se recorrieron varios kilómetros de carril bici hasta llegar al parque. Participaron en distintas pruebas: carreras de cintas, carrera lenta, circuitos… y consiguieron varios premios de participación. Lola consiguió un oso de peluche muy blandito que entregó a mamá como su primer regalo para el bebé. También ganaron un casco y unas protecciones, una pequeña radio y un libro “Viaje en bicicleta por la ciudad”, que era un conjunto de cuentos que describían los lugares más importantes y turísticos, con una aventura en cada uno de Pepe Ciclo y Meme Bis.
Comieron en un restaurante al aire libre que había en el parque y después, descansaron en el césped, oyendo los cantos de unos preciosos pájaros canores. Antes de irse, recogieron una bolsa de riquísimas moras y la mamá de Lola comió algunas con ganas, descubriendo que ya había superado el asco a su olor.
Al atardecer, iniciaron el camino de vuelta por otro camino más recto que el de la mañana y de pronto, encontraron un gran cartel.
SE VENDEN: VIVIENDAS DE 2 Y 4 DORMITORIOS
FORMA DE PAGO A CONVENIR
OCUPACIÓN INMEDIATA
Las dos familias decidieron verlas, por curiosidad y se acercaron a la dirección indicada. Era un antiguo almacén que habían adaptado, conservando sus gruesos muros. En la primera planta, había una galería comercial. Encima, estaban los dúplex alrededor de un patio porticado y, en el ático, sobre el techo de los soportales, un conjunto de pequeños apartamentos con dos habitaciones.
Vieron el dúplex piloto. En la planta baja, el salón con una gran cristalera que daba al exterior, un aseo, la cocina y un patio-terraza que daba a la calle. En la segunda, cuatro habitaciones amplias (la mayor con baño y vestidor), además de una antecámara que enseguida pensaron podía servir de biblioteca. Les gustó la casa y todo el edificio y a la familia de su amiga Jara también.
A la semana siguiente, ya eran dueños de la vivienda número 27 y la familia de su amiga, de la 31.
Ya no le importaba irse del barrio porque la casa era muy bonita y su amiga viviría muy cerca. Se mudarían cuando dieran las vacaciones, para que el nacimiento del hermano llegase con la nueva vivienda ya arreglada.
Fueron dos meses de dura tarea. Por las tardes, tras hacer los deberes, Lola se ponía a empaquetar en grandes cajas, cuanto iban diciendo papá y mamá. Cuando se llenaba una caja, con rotulador rojo, escribían: “LIBROS” “VAJILLA” “MANTELES” “ROPA BEBË”, etc…
Por fin, llegado el día, un descomunal camión de mudanzas aparcó en la puerta y comenzaron a bajar todas las cajas con una pequeña grúa que instalaron. En poco más de dos horas, llegaron a la nueva casa y descargaron todas las pertenencias. Ahora les quedaban unos días muy atareados, colocando todos los muebles y buscando el lugar más adecuado para cuadros y jarrones, restaurar algunos muebles… Lola ayudaba todo lo que podía, mamá estaba ya un poco pesada pero hacía lo que podía, desde lacar muebles hasta ordenar armarios, papá hacía cuanto quedaba. Colgaba cortinas, pintaba habitaciones, ordenaba los altillos, colocaba lámparas…
Acabaron de colocarlo todo y decidieron que ya estaba presentable y parecía su casa. Entonces, llamaron a la abuela Rosa, la abuela Ana y el abuelo Curro. Y aquel día, cenaron con Jara y su familia, para estrenar la nueva vivienda y quedaron en repetir en casa de Lola, la siguiente semana.
3- NUEVAS AMISTADES
Las niñas comenzaban a aburrirse y oían voces en el patio porticado, así que decidieron salir una tarde, junto a Jaime que tenía un año menos que ellas. Un grupo de niñas y niños, entre los siete y los diez años, charlaban y se reían, sentados en un banco. Al ver a las dos amigas y Jaime, el grupo se calló y alguien les hizo una señal de llamada. Se acercaron despacio y, al llegar, sólo oyeron un “hola” tras otro. Saludaron y se presentaron. Ahora ya tenían amistades y cada tarde, salían a jugar o simplemente, charlaban y se reían.
Los mellizos, Daniel y Javier, organizaban partidas de trivial que siempre ganaban. Un día, descubrieron el secreto: cuando entraban en el baño, se llevaban las preguntas del trivial y se las estudiaban.
Marina proponía unos juegos muy creativos, con los que hacían ejercicio y además se reían mucho.
Paco y su hermana Sara, bailaban muy bien y les enseñaba salsa, bailes de salón, pop… Ponían música en su habitación y dejaban la ventana abierta, preparando las coreografías delante de su casa.
Jaime contaba chistes muy divertidos y su hermana Jara, que pintaba muy bien, propuso pintar las columnas de los soportales. Hizo el diseño y, durante una semana, cada mañana organizaron un taller de pintura, con el permiso de toda la comunidad y la supervisión de Miguel, un vecino pintor.
Lola pensaba que debía hacer algo para el grupo y cada día contaba uno de sus cuentos, inventados o leídos pero muy modificados por su gran imaginación.
Cuando terminaron de pintar, Laura y Raúl propusieron sembrar macetas para tener una pequeña zona verde. Volvieron a decirlo en casa y todas las familias estuvieron de acuerdo, así que un papá fue a comprar mantillo, una mamá compró las macetas, todo el mundo aportó esquejes o semillas… Y un buen día, comenzaron a sembrar y a buscar el lugar más acertado para cada planta.
Se organizaron para regar y cada tres días, le tocaba a un grupo, de los tres que formaron, enchufaban la manguera en una de las casas y echaban un poco de agua en cada maceta, a continuación recogían el agua derramada con una fregona. La casa estaba cada día más bonita y la pandilla, parecía que vivían allí de toda la vida y que siempre habían sido amigas y amigos.
El verano iba piando y la mamá de Lola tenía cada vez más tripa. Todas las tardes, cuando el sol se ocultaba, la mamá y el papá salían a caminar, por consejo de la ginecóloga. Lola pedía quedarse jugando y algunos días, la dejaban en el patio, sabiendo que alguna mamá o algún papá estaba pendiente del grupo.
4- NO ES MI NOVIO
Cada día, llegaban nuevos vecinos y vecinas al edificio, así que el grupo se fue ampliando. Entre los últimos en llegar, estaba Rafa, que tenía casi once años y le gustaba mucho mandar. Con él, llegaron los primeros problemas a la pandilla. Por lo pronto, decidió no regar las macetas “porque eso era cosa de mujeres”y le siguieron algunos niños, como los mellizos. Pero el papá de estos últimos, les hizo ver que se habían comprometido y debían cumplir su palabra, además de recordarles que en casa las macetas las regaba él, que era un hombre. Así que Rafa se vio en minoría y acabó ayudando: conectaba la manguera, la llevaba de un lado a otro…y un día, hasta cogió la fregona y todo el grupo le aplaudió. Él no supo qué hacer y, como vio que Jaime le iba a tomar una foto, se puso en plan interesante a manejar la fregona como un gran experto.
En una ocasión, Lola salía de su casa para buscar a Jara cuando se topó con Rafa que se le puso delante y le impedía pasar. Aunque ella se le acercó sin miedo, él le dio un empujón hacia detrás y, cuando la vio en el suelo, comenzó a reírse diciendo:
- Si eres una niña, como me vas a ganar…
Entonces ella se levantó con mucha rabia, lo echó a un lado muy decidida, y siguió su camino. Por más que Rafa decía que era una broma y que no aguantaba nada, ella se sentía mal y no se volvió por más que él le insistía.
Otra vez, estaban bailando. Rafa se quedaba sentado mirando, pero en aquella ocasión se levantó y se acercó al grupo, colocándose junto a Lola, interponiéndose en su camino. Por más que ella le dijo que le estaba invadiendo su espacio, él la imitaba en sus movimientos y conseguía que el resto se echara a reír. Pero Lola se achantó. Se limitó a decirle:
-Me imitas porque bailo muy bien y me tienes envidia porque tú no sabes bailar.
-Los niños no bailan, eso es cosa de niñas- respondió Rafa- yo me dedico a cosas más importantes.
-Oye, yo soy tan niño como tú y bailo desde hace mucho tiempo, además, mi profesor es un hombre, así que si no quieres no bailes pero no te metas con nadie y déjanos bailar- dijo Paco.
Rafa iba a responderle, cuando llegó la mamá de Paco y Sara que les pidió poder quedarse a ver la coreografía que habían montado con una canción de . Comenzaron a bailar y fueron llegando otras personas del vecindario que se quedaban a ver como bailaban y al final, aplaudieron. Rafa había desaparecido y no volvieron a verlo en varios días.
Una tarde, cuando Lola salía de su casa, notó que le tiraban del pelo con fuerza. Era Rafa que le quitó el lazo de la coleta y corriendo, le dijo:
-Anda, presumida, tú que tanto sabes, ven a coger tu lazo.
Intentó alcanzarlo, pero cuando consiguió arrebatarle el lazo, él le dio un beso y empezó a reírse. Lola se sintió aún más humillada que con el lazo y salió corriendo llorando hasta la casa de su amiga. Allí la consolaron y le dijeron que no le echara cuenta, pero la niña comenzaba a odiar a ese niño y quería volverse a su casa antigua.
Cuando, por fin, se serenó, salieron las dos amigas a reunirse con la pandilla pero, los mellizos que habían presenciado la escena de Rafa, al verla llegar, comenzaron a gritar:
-¡Rafa y Lola son novios! ¡Rafa y Lola se quieren! ¡Rafa quiere a Lola! ¡Lola es novia de Rafa!
Lola se enfadó tanto, que sólo con mirar a los hermanos, estos se callaron. Entonces ella, muy serena, dijo:
-No es mi novio, porque los novios se quieren y se divierten juntos y yo con Rafa me aburro, además es malo porque me pega y no le he dado un beso, él me ha forzado. No es mi novio y va a conseguir que no seamos más la pandilla porque desde que llegó nos fastidia todos los planes, nos divide y nos hace enfadar.
Cuando terminó de hablar, las lágrimas resbalaban por su cara y todo el grupo, la abrazó, comenzando por Dani que le pidió perdón por haberla ofendido.
Entonces, decidieron que iban a volver a ser la pandilla de antes y no le echarían cuentas a Rafa cuando pretendiera cambiar sus planes o molestar a alguien. Mientras hablaban, Dani y Lola tenían enlazados los brazos por la espalda, pero de nuevo apareció Rafa que empujó a Dani y llamó “presumida” a Lola. La mamá y el papá de la niña, que salían en se momento para su paseo vespertino, viendo lo que ocurría, se acercaron e intentaron aplacar los ánimos porque todo el grupo había rodeado a Rafa y le estaban diciendo que los dejara en paz de una vez, si no que ría ser de la pandilla.
Rafa manoteaba intentando dar a quien se le acercaba, pero al ver llegar a las personas adultas, les dijo que estaba defendiendo a su hija porque Dani la estaba molestando. Lola protestó y le contó a su papá y su mamá todo lo que pasaba. Entonces, el hombre y la mujer se sentaron y propusieron hacer una asamblea para escuchar a quien tuviese algo que decir, ofreciéndose a servir de mediador y mediadora. Cada cual fue dando su versión de lo ocurrido y Rafa no dijo nada.
El papá de Lola preguntó si había algo más que decir y nadie respondió. Entonces la mamá, le dijo a Rafa:
-Rafa, tú no has hablado. Seguro que tienes muchas cosas que decirnos.
Entonces, Rafa comenzó a hablar muy bajito y despacio. Les contó que en su barrio de antes, los niños jugaban a perseguir a las niñas o al fútbol y que él era el mejor, el capitán del equipo y el que decía a qué niña había que perseguir.
Los niños y las niñas comenzaron a protestar, atropelladamente. El papá de Lola pidió silencio y recordó que estaba allí de mediador.
-Os recuerdo que hay que pedir la palabra para hablar-y dirigiéndose a Rafa- Gracias, Rafa, por ser tan sincero y hacernos partícipe de tus experiencias. Me gustaría que me dijeras si sabes cómo se sentían las niñas perseguidas.
-Yo creo que bien, porque yo perseguía a la que me gustaba.
-¿Quieres preguntar a Lola cómo se ha sentido cuando la has molestado?-Dijo la mamá de Lola.
- Yo no quería molestarte, Lola. ¿Cómo te has sentido?
- Indignada, humillada, te odiaba, me quería r de aquí, apenada, no sabía qué te había hecho para que me molestases y, sobretodo, desilusionada porque yo me sentía muy bien con la pandilla y desde que llegaste tenemos problemas y ya no es lo mismo
De nuevo, Lola llora sin hacer ruido y todo el grupo se queda en silencio. El papá de Lola dice a Rafa:
- Bueno, Rafa, si quieres decir algo tú…
-Pido perdón a Lola- dijo mirándola- Yo sólo quería que supiera que es es muy guapa. Y le pido disculpas a todo el grupo por haber molestado. Prometo cambiar porque quiero ser amigo de todas las niñas y de todos los niños. Os pido que me ayudéis porque tengo que aprender.
Unos y otras, se acercaron besaron a Rafa y le dijeron que querían tenerlo de amigo. Era el primer paso para ir cambiando. Después agradecieron a la mamá y el papá de Lola su ayuda y siguieron jugando, mientras la embarazada iba a dar su paseo.
5- QUIERO SER TRACTORISTA
Aquel día, jugaban a “De mayor quiero ser”. A quien le tocaba, dramatizaba su profesión favorita y el resto tenía que averiguarla. Quien la acertaba, dramatizaba la suya y así sucesivamente.
La primera fue Sara que hizo una perfecta imitación de una dirección de orquesta, hasta se adivinaba la batuta en su mano, moviéndola con ritmo y gracia, animando a una imaginaria orquesta de cámara que interpretara su propia obra en un pequeño teatro, como después contó.
Siguió Daniel que se puso una mano a modo de lupa, en el ojo derecho, mientras iba buscando por uno u otro lado, hasta que Rosa dijo:
-¡Detective!
Y entonces Daniel contó que le gustaba descubrir los misterios y sobretodo, buscar a delincuentes escondidos, que se disfrazaría como Mortadela y Filemón para pasar desapercibido y así, seguiría las pistas para coger a quienes hubieran cometido algún delito.
Rosa comenzó a trajinar con las manos, pasando cosas de una mano a otra, mirando con una mano cerrada colocada ante el ojo. Pensaban y pensaban…decían algunas, por probar, pero no acertaban Hasta que Laura acertó: quería ser química y trabajar en un laboratorio haciendo experimentos para descubrir algún invento importante.
Laura se acercó al suelo, cogió algo, lo olió, lo miró, lo guardó…se puso como a conducir…después hizo como si bajara, miró con una especie de anteojos…
El grupo pensaba que aquello cada vez era más difícil… ¿Qué sería: exploradora, conductora, …? Costó mucho averiguarlo, pero por fin Paco recordó una conversación con ella, hablando de que le gustaba mucho el bosque y que le gustaría vivir en uno, para pode cuidarlo: su amiga quería ser ingeniera forestal. Y acertó.
Ahora le tocaba a él que se puso a bailar en medio del grupo, demostrando lo bien que lo hacía. De pronto, se paró y fue colocando a unas personas imaginarias después se colocaba al lado y bailaba, como si fuesen pareja. Todo el mundo decía que quería ser bailarín pero él lo negó y se quedaron sin saber qué decir. Pensaron y pensaron: si baila y no es bailarín, qué será…profesor de baile. Tampoco. ¿Entonces…?Javier saltó hablando tan rápido que no se le entendía:
- ¡Coreógrafo del ballet nacional!
- ¿Y tú como lo sabes? –preguntó Raúl
- Porque el otro día, estabas viendo en la tele un reportaje sobre el ballet, cuando fui a tu casa y pregunté que ese mujer tan vieja cómo podía bailar. Me dijiste que ya no bailaba, pero había sido una de las mejores bailarinas del mundo y ahora era la coreógrafa del ballet nacional. Yo no sé lo que es eso, pero me he acordado.
Raúl contó que las coreografías, hay que diseñarlas enteras vestuario, música, quiénes bailan y qué paso dan en cada momento de la música…, después enseñar al ballet sus pasos, ver que quedaba bonito. Era un trabajo muy difícil e importante.
Jaime recogió sus brazos, uno sobre otro, los alejó un poco de su cuerpo y comenzó a balancearlos de un lado a otro. ¡Esto era fácil!... Se oyeron varias voces a la vez cuidador infantil. Dijo que le gustaban mucho las y los bebés y quería ser pediatra.
Tocaba el turno a Marina. Ella se colocó algo de ropa…y se puso un gorro o sombrero en la cabeza. Subió una especie de escalera y comenzó a planeara con el cuerpo. Estaban en un avión. ¿Quería ser auxiliar de vuelo?.¡No! Ella deseaba y soñaba con pilotar un potente avión y conocer el mundo desde arriba. Poder descubrir las ciudades desde lo alto y adivinar sus grandes edificios o saber el nombre de cada montaña, río o bosque que sobrevuele. Además, la alegría que le produce cuando va con su mamá o su papá al aeropuerto y ve que la gente se abraza muy contenta con sus familiares cuando se bajan del avión, así que hará a muchas personas felices.
Jaime se puso a mirar, se acercó a unas y otros poniéndole la mano en la boca. Después, se sentó y se puso como a escribir. Estaba tan claro, que Lola que llevaba toda la tarde distraída, dijo.
- ¡Periodista, reportero con los ojos siempre abiertos!.
Era el eslogan de una serie de televisión y les hizo gracia. Pero con ella se había aficionado Jaime a contar lo que ocurría y cada día escribía en un precioso cuaderno que le regaló su hermana, lo más importante del día.
Lola era la última, se colocó un sombrero imaginario, se agachó e hizo unos extraños movimientos, después hizo como que subía y se sentó, comenzando a moverse muy despacio, como conduciendo, al poco daba la vuelta e iniciaba el mismo camino. Alguien le dijo.
-¡Acelera un poco que así no llegas!
Ella seguía. Dijeron conductora, transportista…
Pero ella seguía… Hasta que por fin, como nadie lo adivinaba dijo
- ¡Tractorista como mi abuela!
Se acercaron y preguntaron
- ¿Tienes una abuela tractorista? ¿Y lleva una carroza de los Reyes Magos?
Entonces, Lola les habló de su abuela Jazmina que vivía en el pueblo y era tractorista. Araba sus campos, cosechaba el trigo… y cuando llegaba el verano, se iba de viaje con su cosechadora, varios días de viaje para ir a un pueblo de Castilla a recoger el cereal. Iban muchas cosechadoras en fila, como una larga manifestación de máquinas durante kilómetros de carretera. Todo el grupo escuchaba insistente. Eran de ciudad y o conocían bien el campo. Así que fue contando todo lo que sabía sobre el trabajo agrícola.
Así se hizo de noche y tuvieron que volver cada cual a su casa.
6- UN DÍA EN EL PARQUE
Aquel día, la pandilla se levantó temprano porque tenían una cosa muy importante que hacer: a las nueve de la mañana, se encontraron en el patio de su edificio y salieron en grupo hasta el parque que se inauguraba con un plante de árboles. Cada niña y cada niño, cogió un arbolito numerado y buscó el agujero señalado con el mismo número. Tras meter la raíz en el agujero, tuvieron que echar tierra hasta cubrirla muy bien y formar un pequeño montón sobre el suelo: después, lo regaron con un cubo y pusieron un cartelito con su nombre.
Tras la plantación, una señora que era la concejala de parques y jardines, habló de lo importante que eran las zonas verdes para la ciudad y que todo el vecindario debía cuidar del parque porque era un gran pulmón verde para toda la ciudad. Animó a las niñas y a los niños a respetar la naturaleza y a jugar con cuidado de no dañarla.
Tras ella, un señor que era el director del parque explicó que se iban a montar varios talleres divertidos: montar ramos de flores, hacer bolsitas de olor con hierbas aromáticas, explorando el parque, paisajes con material de reciclaje, …
Como podían hacer varios, a lo largo del día, comenzaron con la exploración. El director les fue enseñando todo el parque: les explicaba plantas y árboles (de donde venían, para qué servían, sus hojas, flores y frutos…), observaron también los pequeños animalitos que encontraban en el suelo. Se habían cansado porque el parque era muy grande y tenía muchas lomas, así que el director invitó a sentarse en un verde prado junto a una gran arboleda. Les pidió que estuvieran un ratito en silencio. Pronto comenzó a oírse una serie de trinos que parecían un disco musical. Escucharon con embeleso. Después, el guía les ayudó a distinguir unos gorjeos de otros, les señalaba los pájaros que parecían entender lo que pasaba porque se fueron acercando y posándose en los árboles más visibles. Fue lo que más les gustó.
Como estaban muy cansadas y cansados, se fueron a un taller más tranquilo. Primero fueron al de las bolsitas (primero, cosían una tela hasta formar una bolsita; después, introducían las hierbas y por último, le ponían un lacito para cerrarla). Aprendieron cómo olía el romeo, el tomillo, la lavanda, el orégano, la hierbabuena, la albahaca y más hierbas y se llevaron cada cual su bolsita.
Después, fueron los paisajes (con papel de revistas, pastas caducadas, trozos de tela… iban formando un paisaje en un gran panel. Cada cual, debía añadir algo a lo que ya había. Al final se plastificó para dejarlo expuesto en la entrada del parque y quedó precioso. Les gustaba ir y mirar descubriendo lo que habían hecho y lo decían con orgullo a quien se le acercaba.
Volvían a necesitar más actividad y se acercaron al de “Deporte en el parque” que comenzaba en ese momento. Era un circuito de varios cientos de metros con distintos aparatos hechos con cuerdas y maderas para hacer ejercicio. Estuvieron casi dos horas subiendo y bajando cuerdas y escaleras, reptando para atravesar imaginarios túneles, saltando obstáculos, manteniendo el equilibrios sobre bases móviles, escalando paredes…
Ahora volvían a sentir un gran cansancio. Y vieron un grupo de personajes que representaban una pequeña obra de teatro. Se sentaron y, como era muy divertida, se reían con todas sus fuerzas. Iba de un personaje que había perdido sus emociones y las va buscando por el parque. En un macizo de flores, encontró la alegría; en la copa de un árbol, la sorpresa; bajo un banco, la amistad; junto al lago, la belleza; junto a una piedra, la tristeza… y se las iba enseñando a los personajes que lo acompañaban, que se la colocaban en su sitio y entre todos, contaban una pequeña historia sobre la emoción y cada uno de ellos, la expresaba de una manera. Fue una historia preciosa y se lo pasaron tan bien…
Cuando el grupo terminó la obra, actores y actrices invitaron al público a hablar de sus sentimientos y fueron preguntando a cada cual cómo se sentían y qué le gustaría hacer para demostrarlo. Un señor anciano, dijo que estaba muy sereno y le gustaría cantarlo y nos cantó una canción de cuando él era pequeño que nos gustó mucho. Después, una señora de aspecto serio y muy arreglada, con altos tacones, dijo que estaba contenta y le gustaría saltar de alegría. La invitaron a hacerlo y comenzó a dar grandes botes a la vez que gritaba y se reía. Acabó riendo todo el público.
Así de felices, fueron para casa hablando de todo lo que habían hecho y aprendido aquel día tan especial. Rafa comentó que le había gustado mucho el teatro porque él que nunca se emociona, le había dado ganas de llorar cuando el personaje encontró la ternura porque había recordado cuando era muy pequeño y su papá lo colocaba sobre sus piernas y le contaba cuentos hasta que, casi dormido, le daba un beso y lo dejaba un rato apoyado sobe su pecho antes de llevarlo a la cama.
Siguieron hablando de sus emociones, lo que sentían, lo que habían perdido porque ya se hacían mayores, lo que iban ganando…y así llegaron a casa sintiendo un poco más su amistad.
7- LA ABUELA JAZMINA Y EL ABUELO GUILLERMO
Al llegar a casa, mamá le dijo a Lola que se duchara rapidita porque iban a salir. La niña estaba muy cansada, pero recordó que el día anterior papá le había recriminado, medio en broma, que ya quería más a sus amigas y a sus amigos que a mamá y a él. Entonces, pensó que así tendría oportunidad de contarle lo bien que han pasado el día y hablarles de cómo ha mejorado Rafa, porque sabe que se alegrarán.
Cuando salió de su habitación, con un pantalón azul y una camiseta de flores, su mamá y su papá ya esperaban y dijeron que debían darse prisa porque sino llegarían tarde a la estación. Entonces, Lola preguntó que a dónde iban.
Papá se miraron y comenzaron a reírse por el despiste. Se les había olvidado decir a su hija que venían la abuela Jazmina y el abuelo Guillermo. Lola se puso contentísima y salió corriendo camino de la escalera.
Llegaron a la estación cuando ya el tren iba entrando. Lola vio pronto a la abuela y corrió al vagón para darle el primer abrazo. Le gustaba el calor en que la envolvía la abuela y siempre recordaba su olor a colonia fresca de azahar. El abuelo Guillermo le dio uno de sus sonoros y prolongados besos. Cenaron en un bar con terraza por el camino. Lola contó a su familia como había pasado el día y, aunque papá había estado todo el día en el parque, pero no se había sentido vigilada porque todo el tiempo había estado con su pandilla y se había sentido ya mayor.
Antes de dormirse, la abuela entró en la habitación de su nieta y Lola le contó como iba la vida en la nueva casa, le habló de su pandilla y prometió presentarle a todo el grupo al día siguiente.
Por la mañana, mamá y papá dijeron que por la tarde debían ir al hospital para una prueba de mamá y después harían unas compras, así que Lola se quedaba con su abuela y su abuelo. La abuela le dijo que podía invitar a merendar a su pandilla porque lo había hablado con papá y mamá. Avisó a su amiga Rosa para que se lo dijera a todo el grupo y se lo fueron comunicando en red: Rosa se lo dijo a Jaime, éste que iba a jugar a casa de los mellizos, se lo diría y Daniel que había quedado en estudiar con Laura (que le ayudaba con el inglés) , se lo pasaría..A mediodía ya se habían citado todo el grupo para las seis en casa de Lola.
En la casa, la abuela, el abuelo y Lola se habían metido en la cocina. Guillermo había hecho un salmorejo muy rico para el almuerzo y una estupenda tortilla de verduras. La abuela, se había dedicado a preparar la masa para una gran empanada y una tarta de limón.
Lola, ayudaba a una y otro a la vez que aprendía porque nadie guisaba tan bien como la abuela y el abuelo, ni siquiera papá y mamá. Tras descansar un rato después de la comida, volvieron a la cocina: prepararon batidos de vainilla y chocolate, bocadillos de jamón y empanadas de atún y carne, cestitos con frutos secos y a las seis en punto se oyó el timbre de la puerta. Abrió Lola y pasaron al patio. Una mesa muy grande con un mantel blanco y rojo, muy bonita puesta. Se sentaron con un poco de vergüenza y no se atrevían a comer hasta que el abuelo, muy divertido, les dijo que quien comiese en última posición, fregaba los platos. Parecía que les habían dado cuerda, porque en poco tiempo terminaron con todo lo que había en la mesa. Después, vino la tarta que colocaron en cada plato, sobre una base de helado de vainilla y caramelo. Estaba tan buena, que el abuelo cogió un plato y apartó dos trozos para la mamá y el papá de Lola pensando que sino no quedaría nada.
Después de merendar, el abuelo les propuso un juego: cada cual debía imaginar un regalo para quien le tocase. Valía cualquier cosa, puesto que era imaginario y se lo debía ofrecer cuando le llegase el turno. La persona que lo recibía, debía dar las gracias y expresar su opinión de forma agradable.
A Laura, Marina le regaló un abrigo de pieles porque decía que ella era muy elegante. Ella le agradeció el detalle pero dio que estaba en contra del uso de pieles.
El resto, disfrutó de sus regalos:
Un largo viaje a una selva por explorar para Raúl, un teatro para Paco, un baúl de cariño para Daniel, un bolígrafo mágico que escribe siempre lo que a la gente le gusta leer, para Javier; un arca de Noé para Lola…
Después, comenzaron a hacerles preguntas al abuelo y la abuela sobre su vida en el pueblo y estuvieron hablando de la huerta que cuidaba Guillermo y del tractor de la abuela Jazmina. Así, hasta que llegaron el papá y la mamá y el abuelo se levantó para ponerles la cena, mientras el papá recogía las compras y la mamá se sentaba un rato con los pies en alto porque los traía un poco hinchados.
Cuando se quedaron con la abuela, Lola le pidió que les contara un cuento de esos tan bonitos que se inventaba. Entonces, miró para el cielo que ya se llenaba de estrellas y comenzó a nombrarlas: se conocía todas las constelaciones y sabía donde estaban. Después, les contó el siguiente relato:
En un lejano planeta de la órbita de Andrómeda, había un país llamado Chicualia. Era un lugar de bellos paisajes y tierras fértiles. Sin embargo, sus habitantes hacía tiempo que sólo conocían la tristeza. Chicuales verdes se realizaban los trabajos productivos; chicuales rojos, administraban los afectos; chicuales azules, se dedicaban a los cuidados; chicuales amarillos, gestionaban la cultura.
Cada grupo, desconfiaba del resto y cuando chicuales verdes pedía cariño o ternura a chicuales rojos, éstos comenzaban a hacer tantas preguntas y exigir tal cantidad de requisitos, que acababan por no conseguirlo. Entonces, se ponían triste y dejaban de trabajar y el resto de habitantes, no tenía que comer. Entonces, comenzaban a enfermar pero chicuales azules no lo creían y cuidaban mal. Por último, chicuales amarillos, comenzaban a escribir, pintar o cantar protestas contra lo que pasaba.
Vivir en aquel país, se hacía muy complicado. Y por más que en el parlamento se debatía el problema, acababan discutiendo y no encontraban soluciones. El país vivía en continuas crisis y sus habitantes añoraban mejores tiempos, pero culpaban a los otros grupos de lo que pasaba.
Un día, un grupo de chicuales, cada cual de un color, se encontraron en un cruce de caminos y, por no ceder el paso, se quedaron allí un día y otro. De vez en cuando discutían, pero como se aburrían, también echaban ratos de charla y de juego. Como pasaba el tiempo, comenzaron a tener hambre y decidieron buscar algo de comer. Mientras uno se subió en un árbol a coger fruta, otro lo sujetaba y el resto las recogía en el suelo. Después, las compartieron. Tras la comida, cantaban, y bailaban para divertirse y si alguien se ponía triste o enfermaba, el resto le ayudaba a sanar el cuerpo o el espíritu.
Poco a poco, fueron haciendo amistad y un día, decidieron volver porque añoraban a la familia. Se despidieron con tristeza prometiendo verse de vez en cuando. Al llegar, contaron la experiencia a sus allegados y su historia se fue extendiendo hasta llegar a oídos de la Autoridad que mandó llamar a los cuatro chicuales para contarles cómo consiguieron convivir tantos días sin problemas y habían vuelto con una cara de felicidad que en el país no se conocía.
Entonces, contaron como se habían escuchado, habían colaborado para conseguir lo que necesitaban, y, sobretodo, conocerse había generado cariño y confianza entre todos.
La autoridad les dio las gracias y, al día siguiente, editó un decreto que invitaba a toda la población a mezclarse y compartir responsabilidades y vivencias. Comenzaron a conocerse, aprendieron a valorarse y a cooperar, tomando las decisiones en común.
El país volvió a prosperar y sus habitantes fueron felices.
Las niñas y los niños habían escuchado muy atentamente y cuando la abuela terminó, le aplaudieron con entusiasmo y se despidieron. Pero cuando aún no habían cerrado la puerta, la mamá de Lola se agarró fuertemente la barriga y llamó a su marido:
- Lalo, corre que tu hijo me parece que está llamando.
- Qué has notado, Silvia, es urgente.
- No sé pero mejor que nos vayamos para la clínica por si acaso, está llamando con insistencia.
A partir de ese momento, todo el mundo en la casa comenzó a correr. Al poco tiempo, papá y mamá salieron para el hospital y Lola quedó con su abuela Jazmina y su abuelo Guillermo.
8- ¡NACIÓ EL HERMANITO!
Al día siguiente, sonó el teléfono muy temprano y Lola se despertó. El abuelo hablaba con papá. La niña se levantó corriendo y. al verla, el abuelo le dijo que ya había nacido el hermanito. Todo había ido muy bien y al día siguiente, volverían a casa.
Salieron por la tarde a ver a mamá y a conocer al hermanito. La abuela había comprado un gran ramo de flores, el abuelo una caja de bombones. Lola había hecho un precioso cariñograma de felicitación a papá y mamá y otro de bienvenida al hermanito, aunque ahora no lo pudiera entender. Además, cogió la lista con los nombres que habia pensado para él: Alberto, Armando, Bernardo, Carlos, Cecilio, Darío, Ignacio, Jorge, Mario, Marcos, Norberto, Pablo, Rodrigo y Tino.
Mamá estaba acostada pero se la veía feliz. Papá estaba cambiando al bebé y Lola le preguntó quién le había enseñado. Él le contestó:
- Tú, nos convertiste en expertos a mamá y a mí.
Se rieron y el papá terminó de vestir al bebé y se lo puso a Lola en las manos diciendo:
-Te presento a tu hermano. Guille, esta niña tan guapa es tu hermana.
- Guillermo no estaba en mi lista pero me gusta- dijo Lola, mirando a su abuelo que se acercaba con una lágrima recorriéndole el rostro.
La niña entregó los cariñogramas y las personas adultas se emocionaron al leer el que dirigía al bebé:
HOLA HERMANITO:
AUNQUE AÚN NO TE CONOZCO, ESTOY DESEANDO DE QUE LLEGUES A CASA PARA CUIDARTE Y QUERERTE. VIENES A LA MEJOR DE LAS FAMILIAS. TENEMOS UNA MAMÁ CARIÑOSA E INTELIGENTE, UN PAPÁ DIVERTIDO Y GENEROSO. LA ABUELA Y EL ABUELO NO VIVEN AQUÍ, PERO LES HEMOS PREPARADO UNA HABITACIÓN A SU GUSTO PARA CUANDO QUIERAN VENIR Y NOS DAN MUCHA TERNURA Y NOS ENSEÑAN MUCHO. ASÍ QUE HAS TENIDO SUERTE PORQUE VIENES A UNA FAMILIA QUE TE QUIERE MUCHO. Y TE LO DEMUESTRO CON ESTE BESO. ¡MUA!
TU HERMANA LOLA
El niño era muy bonito y no daba ruido. Así que cuando al día siguiente papá, mamá y el bebé volvieron a casa. Toda la pandilla pasó por la casa a ver al niño, que parecía entender porque abrió los ojos e hizo como que miraba.
Rafa le entregó un regalo en nombre del grupo: era un collage que habían confeccionado con telas formando un paisaje como el que hicieron en el parque. El papá pensó que era un cuadro porque tenía un listón de madera en la parte superior con un lazo para colgar, pero al cogerlo, descubrió que era una bolsa. La colgaron en la habitación del bebé y dentro metieron los pañales. Quedó muy bonita y se fueron con el orgullo de haber demostrado a esta familia su cariño en un momento tan especial.
La primera noche toda la familia estaba pendiente del bebé. Lola miraba embobada a su mamá cuando le dio el pecho y a su papá cuando lo bañó. El niño, después se durmió y Lola también se fue a dormir.
9- LA VIDA CAMBIA
A los tres días, el abuelo y la abuela decidieron que era hora de marcharse porque la mamá ya se sentía mejor y el huerto del abuelo, necesitaba cuidados. Además, Jazmina y Guillermo echaban de menos su casa y su vida. Ya habían conocido a su nieto y habían cuidado a Lola mientras papá y mamá estaban en el hospital y ya no necesitaban ayuda.
Papá tenía un mes de vacaciones y a Lola también le quedaba un mes para volver al colegio. Lo primero, era planificar muy bien las tareas porque con el peque, el trabajo había aumentado mucho.
Mamá con el bebé casí se le iba el día entero, entre dar el pecho y dormirlo. Papá reivindicaba su derecho a compartir los cuidados y lo bañaba o lo dormía. Las tareas de casa se repartieron y Lola se responsabilizó de hacer su cama y recoger su habitación, poner y quitar la mesa, llevar a mamá o papá lo que necesitasen si estaban con el hermanito y también quería compartir al bebé, así que a veces, estaba pendiente del cochecito.
El bebé iba creciendo y cada día se le veía más guapo, así que Lola se sentía muy orgullosa de su hermanito. Papá y mamá estaban pendientes del pequeño. La niña sabía que el hermanito necesitaba ahora muchos cuidados, papá y mamá no tenían tiempo de nada. Por eso, aunque echaba de menos los largos ratos de charla y juegos en familia, lo entendía y, cuando el bebé dormía, reclamaba su ración de mimos diciendo:
- Papá, mamá, aquí hay una niña que tiene hambre de cariños.
Papá y mamá se reían, pero la abrazaban con fuerzas y aprovechaban para jugar o charlar un ratito con ella. Así, Lola sentía que la querían como siempre y seguía siendo una niña alegre.
Papá y mamá se sentían felices de ver a su niño sano y a su niña tan responsable y cariñosa. Era una familia muy feliz porque se querían, se comunicaban y sabían compartir.
JEAN CARLO ARROYO A80665
domingo, 14 de marzo de 2010
El espejo del "otro"
Uno de los sectores en desventaja social es el de las personas que viven en la calle, ya sea por voluntad propia o bien por otras variables las cuales considero son necesarias de estudiar para poder tener una perspectiva más amplia acerca de la posición del "otro", ya que este otro no es más que otro ser humano el cual, bien nos podría representar a nosotros mismos.
Mercedes Hidalgo Bravo
sábado, 13 de marzo de 2010
viernes, 12 de marzo de 2010
Retroalimentación: academia – calle. Visiones y concepciones de la temática de la indigencia y el taller:
TALLER ETNOGRAFÍA DE LA INDIGENCIA
Sistematización de las ideas de tod@s las participantes.
Primera reunión. Jueves 11 marzo, 2010
Recopiló Priscila Alvarado
“Indigencia como espejo de la sociedad” Aut@r:...
“Nadie nace indigente, se hace indigente” Aut@r: Paulo...
1. Nos enfrentamos a una sociedad indiferente a la problemática de la indigencia. Es una sociedad que produce tanto la indigencia, como la indiferencia social hacia ella.
2. La experiencia de la injusticia social por parte de las personas que están en la calle en estado de indigencia, es más profunda y dramática que otros tipos de experiencias de injusticia vivida por otras personas.
3. Esta experiencia de la injusticia social está relacionada con la situación de exclusión económica, política, social, cultural-simbólica y otras que viven las personas en situación de indigencia.
4. Ante un tema como el de la indigencia, nos enfrentamos al reto de romper con los prejuicios personales y con los miedos ante el otro.
5. Las personas indigentes son vistas como otros amenazantes, fantasmas a los que hay que temer y huir de ellos.
6. Temas importantísimos de trabajar: los vínculos que establecen las personas en situación de indigencia, con otras personas similares: redes de solidaridad... Manejo del conflicto social entre ellos y con otras personas y entes. La mujer indigente, l@s niñ@s indigentes, las personas de la tercera edad.
7. Lo anterior también puede ser visto como los distintos ámbitos del problema, plano estructural, plano subjetivo (social e individual):
8. Es necesario romper con los prejuicios sociales y con el desconocimiento sobre la vida de estas personas y para ello es importante: conocer a lxs indigentes, estar con ellxs, saber sobre su mundo y sobre sus emociones.
9. La idea es construir una experiencia antropológica sobre la temática, contribuir a una antropología urbana costarricense a partir del trabajo de campo y la elaboración teórica; o bien, de la inserción de los interesados en la realidad social.
10. Las personas en estado de indigencia: ¿Quienes son? Identificar las diferencias entre indigentes, tipos, categorías...
11. La experiencia personal: ¿cómo se sienten y se conciben las personas que habitan en las calles? Valores, hábitos, pertenencias, relaciones sociales, conflicto y redes, relaciones amoroso-afectivas.
12. Conceptos que pueden ayudar a explicar el problema: estilo de vida: necesidades.
13. Las personas que han salido de la indigencia y se han reinsertado en la sociedad “normal”. El post-calle: ¿Qué es estar bien?
14. Valoración de la problemática: ¿Para quien es un problema y por qué?
15. Necesidad de hacer una reestructuración epistemológica: ¿conocer para qué, para quién, cómo, por qué?
16. Las personas en situación de indigencia están excluidos e incluidos en la sociedad: cumplen distintas funciones importantes, como simbólica ya que sobre ellos recae el malestar social y además, los problemas sociales se convierten en problemas individuales.
17. Indigencia como espejo de la sociedad.
18. ¿Indigentes?: como se define, replanteamientos conceptuales.
19. Medios de comunicación: construcción de imaginarios.
20. Naturalización del problema. “No hay vuelta atrás”: naturalización, siendo parte de la calle.
21. La ayuda institucional: no caer en asistencialismos. Buscar un replanteamiento ético ante el problema de parte de las instituciones, para que den soluciones y propuestas alternativas que realmente atiendan el problema.
22. Gestión: ¿Es posible un cambio socio-cultural? ¿La indigencia se “cura”?, ¿La indiferencia social se “cura”?
23. De donde nace el curso: el curso surge por el interés en torno a la temática de la indigencia por parte de Carmen y algunos estudiantes de antropología. Este es de carácter práctico y se espera compromiso con el curso pero más un con la población con la que trabajaremos.