domingo, 6 de diciembre de 2009

miércoles, 2 de diciembre de 2009

INCLUSIVA Relatos de Indigencia trashumante. Número 3, Vol. I, 2007

ﺮﺓ INCLUSIVA Relatos de Indigencia trashumante Número 3, Vol. I, 2007

Inmolación de Inmigrante Rumano. Foto Reuters.

Índice



Portada

Prólogo
Relatos de indigencia trashumante

El indigente trashumante
María Reyna Carretero Rangel

Crónicas de indigencia urbana
César Ricardo García Razo

El hogar de los errabundos: el no-lugar
Yara Salgado Martínez

Nombres carentes de cuerpos,
rostros carentes de nombres

Andrés Álvarez Elizalde

La responsabilidad de con-sentir
Jorge Cardiel Herrera

La migración al entorno virtual.
En busca de la existencia a través del Otro

Erick Serna Luna

Emigrantes, vagabundos,
traficantes de nubes

Héctor Odin Hernández Ortiz

Lastre Cero: del nomadismo impuesto a la posibilidad de la comunidad nómada
Sergio Padilla Oñate

Hacia una trashumancia sin indigencia
María Reyna Carretero Rangel

Notas de viaje. Entre el silencio
poético y la reverberación teórica

Oswaldo Casasola González

Bibliografía Compartida


Inclusiva

Memoria y reflexión de la realidad social.

No. 3, Vol. 1, Año 2007.

© قﻄﺮﺓ Maria Reyna Carretero Rangel

Reservados Todos Los Derechos.

Fecha de edición: Diciembre de 2007

Impreso en México, D.F.

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

UNAM

Diseño de la Versión Online de esta revista a cargo de:

Jorge Cardiel Herrera mfcardiels@gmail.com

Oswaldo Casasola González emptyhousewilliams@gmail.com


I



Si Usted desea adquirir un ejemplar impreso de esta revista, favor de escribir un mail a:

mfcardiels@gmail.com

martes, 1 de diciembre de 2009

Entrevista con Pedro Cabrera, sociologo español especialista temas de Indigencia

Pedro Cabrera, profesor de Sociología de la Universidad Pontificia de Comillas y autor del estudio "Personas sin Techo en Madrid"


Madrid, 03/04/2004. Tatiana Cuesta
Fotos: Marta Moreira
Pedro Cabrera/Foto:Marta Moreira"Los recursos son insuficientes, hay pocas plazas, están poco adaptadas a las nuevas realidades, están masificadas y son espacios impersonales; faltan consignas entre los servicios porque no hay protocolos de actuación, no está claro quién hace qué cosas entre el ámbito privado y público". Son algunas de las conclusiones de un
estudio, que ha servido como base del Plan Regional de Atención a Personas Sin Hogar de la Comunidad de Madrid. Pedro Cabrera ha analizado la realidad social de una región en la que se confunde la mendicidad con el `sinhogarismo´. Partiendo de la premisa de que vivir en la calle no es bueno para nadie, Cabrera ha elaborado unas serie de propuestas para ofrecer soluciones a las Administraciones. Algunas ya están en marcha, y otras han quedado en el papel, aunque tarde o temprano acabarán llevándose a la práctica.

¿Cuál fue el origen del estudio?
A la vuelta del verano de 2003 se percibió una presencia masiva de inmigrantes rumanos en la calle que simulaban minusvalías para pedir. La policía hizo redadas y aumentó la preocupación de las Administraciones. Entonces estaba Pilar Martínez al frente de la consejería de Servicios Sociales y convocaron una mesa de debate a la que invitaron a las instituciones que trabajan con personas sin hogar. Se hizo un trabajo de campo que consistía en tratar de identificar a las personas sin hogar que había en la Comunidad de Madrid. Son personas que duermen en la calle y en muchas ocasiones también piden durante el día. Viven en un grado de pobreza muy severo y en unas condiciones materiales muy precarias.

Las Administraciones de Madrid no se adaptan a las necesidades de las personas sin hogar/Foto:Marta Moreira¿Qué realidades se detectaron?
El estudio permitió diferenciar diversos tipos de personas que están en la calle. Hay hasta siete posibilidades. Son combinaciones entre los que viven sin techo, piden limosna y ofrecen servicios, como la venta de pañuelos, limpieza de cristales en los semáforos o mimos de escasa calidad. Cada uno ofrece una problemática distinta y no pueden englobarse dentro de los mismo.

¿Qué recursos hay en Madrid para las personas sin hogar?
La desconexión entre estas personas con la red general de servicios sociales o con otros recursos como los sanitarios es bastante grande. Nuestro diagnóstico apunta a un Plan de Atención Integral como solución. Los recursos son insuficientes, hay pocas plazas, están poco adaptadas a las nuevas realidades, están masificadas y son espacios impersonales; faltan consignas entre los servicios porque en la red no se articula, no hay protocolos de actuación, no está claro quién hace qué cosas entre el ámbito privado y público. En el área metropolitana de Madrid no hay recursos, porque se confía en que sean atendidos en Madrid y, además, la red de recursos para personas sin hogar está totalmente desconectada de otros servicios como el sanitario o el de vivienda. Con todo esto en la mano, diseñamos un modelo de plan que recoge cosas tan obvias como que vivir en la calle es malo y no se puede sostener. Hay que ofrecer espacios para vivir más agradables que la calle. Hay personas que lo prefieren mientras pueden sobrevivir, con la ayuda de los vecinos. A veces la solidaridad de los vecinos mantiene situaciones de sinhogarismo que no deberían de favorecerse.

Cabrera repasa su estudio/Foto:Marta Moreira¿Cuáles son las limitaciones?
En la actualidad se trabaja con pocos medios personales y materiales en cuanto a recursos de proximidad,. Esta cuestión resulta de primer orden si se tiene en cuenta la centralidad de este tipo de trabajo en la intervención con personas sin hogar en la calle. Hay que potenciar con más medios y recursos el trabajo de las entidades voluntarias y articular un servicio profesionalizado de mediación y ayuda. Para ello sería necesario crear algún equipo de trabajo de calle, al menos en las áreas de mayor concentración de personas. Y es importante atender una franja horaria clave que queda sin cubrir: las primeras horas de la mañana, cuando los que duermen en la calle se despiertan y comienzan a circular por la ciudad. Sería conveniente que en ese horario los equipos de calle pudieran trabajar con el fin de localizar al máximo número de personas, antes de que muchas de ellas se desperdiguen y pasen inadvertidas.

"Cada año, unas 360 personas empiezan a vivir en la calle. Una al día".

Entonces, ¿qué hay que hacer en primer lugar?
Debería incrementarse el número de plazas, tanto comunes como de emergencia, en los albergues. Sería conveniente habilitar más plazas en centros de baja exigencia, de tamaño mediano-pequeño. Por otro lado, se deberían unificar criterios de trabajo y compartir filosofías de intervención, que permitieran optimizar los esfuerzos que se realizan. También la territorialización del trabajo con personas sin hogar tiene otro aspecto fundamental: el desarrollo y refuerzo del trabajo conjunto.

Pedro Cabrera/Foto:Marta Moreira¿Cómo podría organizarse la atención de forma global?
Articulando todo de forma integral, y atendiendo las diferentes características. Los ejes serían: la atención y asistencia, la recuperación,, la prevención, la coordinación, la distribución territorial, la sensibilización al conjunto de la sociedad y, por último, la mejora de la calidad y los servicios. Y una de las primeras medidas necesarias es la creación de "un cortafuegos" para que la gente no llegue a la calle. Quienes salen de la cárcel sin nada, los protagonistas de un desahucio, o los menores que salen de un centro en el que llevan internados algún tiempo, se ven abocados a la vida de la calle. Habría que establecer recursos para que no se vean en esa situación. Es muy triste, pero cada año, 360 personas comienzan a vivir en la calle. Una al día.

"En España, el 45 por ciento de las personas atendidas en las redes de atención a personas sin hogar son extranjeras"

¿Se trabaja en Madrid igual que en otras ciudades?
En todas las grandes ciudades existen realidades parecidas. El elemento de comparación más importante podríamos establecerlo con Barcelona, pero el proceso histórico de cada ciudad es diferente. Aquí, el Ayuntamiento ha establecido medidas que en Barcelona no han existido, como los grandes albergues. En Madrid está el albergue público más grande de España, que es el de San Isidro. Además, hasta aquí, a causa de la capitalidad, llegan muchos extranjeros. Y alrededor de Madrid hay un cinturón de grandes ciudades que no tienen ningún recurso. Móstoles, Leganés, Alcalá de Henares o Getafe no tienen un albergue de estas características. Así que, estamos hablando de una población total de seis millones de personas.

La red de recursos tiene que adaptarse a las nuevas realidades de los sin hogar/Foto:Marta Moreira¿Representan los extranjeros un porcentaje elevado en las personas que utilizan los recursos asistenciales?
Hay que diferenciar entre los que utilizan los comedores y utilizan los servicios para encontrar trabajo, y quienes duermen en albergues. Los más presentes son sudamericanos, del este de Europa o magrebíes. Hay albergues donde se pone un límite para extranjeros; hay otros, de Cruz Roja, que son específicos para ellos. En los comedores sociales, más del 80 por ciento son extranjeros. En España en los últimos cinco años se ha experimentado un cambio, y es que el 45 por ciento de las personas atendidas en las redes para personas sin hogar son extranjeros. Esto plantea muchos retos, como el idioma y la demanda de otros servicios.

¿Está calculado el número de personas que viven en la calle?
Las estimaciones, sobre el número de personas que viven y duermen en las calles de Madrid, las que se quedan fuera de la red de albergues, apuntan a una cifra situada en torno a 500 personas en un día cualquiera. Si tenemos en cuenta que en Madrid, existen 1.256 plazas de alojamiento/refugio disponibles, que pueden estar ocupadas en torno al 90 por ciento, en un día cualquiera las personas sin hogar en Madrid son unas 1.600.

Algunas conclusiones del Estudio de Pedro Cabrera
  • El 82 por ciento de las personas que viven y duermen en la calle son hombres. Sólo el 18 por ciento son mujeres.

  • La edad media de quienes viven sin techo está en torno a 41 años. Esta edad desciende hasta los 33 años entre quienes presentan problemas de drogadicción, y se eleva hasta los 48 entre los enfermos mentales crónicos que viven sin techo.

  • El 83 por ciento lleva viviendo en Madrid desde hace más de seis meses, y el 50 por ciento desde hace más de 5 años.

  • El 30 por ciento son extranjeros. A diferencia de los nacionales, los extranjeros sin techo llevan mucho menos tiempo viviendo en Madrid: sólo el 23 por ciento lo hace desde hace más de 5 años. El 30 por ciento procede de la Europa del Este, el 25 por ciento son latinoamericanos, el 18 por ciento magrebíes y el 14 por ciento proviene de África subsahariana.

  • Nueve de los 21 distritos de Madrid acumulan el 89 por ciento de las personas que viven y/o piden en la calle: Centro (31,5%), Moncloa (16,4%), Salamanca (8,4%), Arganzuela (7,7%), Chamberí (6,6%), Tetuán (5,7%), Chamartín (5,1%), Latina (4,5%) y Retiro (3,4%).

  • El 28% de quienes mendigan son mujeres. Entre ellas son relativamente numerosas las ancianas mayores de 65 años.

  • El 80 por ciento de los que mendigan en Madrid son españoles.